Ginger, Django y Joussef, Couchsurfeurs, nos invitaron a Puerto Elizabeth, mejor conocido como PE, pero desde 2021 se llama oficialmente Gqeberha (impronunciable). Lo primero que se me ocurrió es que se llamaba Elizabeth por alguna reina de Inglaterra y pues no, no es así. Resulta que el primer gobernador del puerto de la Bahía de Algoa, Sir Donkin estaba desconsolado por la muerte de su esposa y en 1820 bautizó el lugar en su memoria.



Simpatizamos inmediatamente con nuestros acogedores anfitriones. Visitamos el Memorial Elizabeth, Lady Donkin. Donde además de la pirámide realizada en memoria de la difunta, se encuentra un faro y una moderna escultura de Mandela. Hicimos un braai (BBQ) y preparé un quesillo, buenísimo, no quedó ni la foto. Ahora debo la receta.
El domingo desayunamos unas arepas bien resueltas, nos fuimos de paseo con Django a la playa y luego hicimos el Sacramento Trail, una espléndida caminata con panorama costero, la cual finaliza en una inmensa y hermosa duna.



A las afueras de PE las rutas tienen más huecos, hay mas basura en las calles y se ven muchas viviendas precarias con letrinas exteriores. Salir y entrar de la casa de Youssef requiere de tres llaves y una alarma. Conocimos a sus jefes y el sistema de vigilancia les permite monitorear remotamente desde sus celulares la docena de cámaras de su casa. Pasear por el malecón, en frente del elegante Casino, es peligroso en la noche.
Pasamos un fin de semana tranquilo, disfrutando de estar en casa, como en familia. Conversamos, discutimos y nos reímos de las peculiaridades de cada una de nuestras culturas. Fue un encuentro cálido y cercano al día a día de un habitante de este fantsático y complejo país.
El lunes nos despedimos tristes de nuestros nuevos amigos y sin tomar café, pues hubo un corte de electricidad no planificado.
Partimos en dirección de la puerta sur del Parque Nacional de Elefantes Addo, 40 km al este de PE. Addo fue creado en 1931 para proteger 16 elefantes, actualmente es el tercer Parque Nacional de Sudáfrica en superficie, donde residen más de 550 elefantes además de cebras, hienas, leones, jabalíes, aves y el famoso el escarabajo Addo (Flightless dung beetle) entre otras especies.
En la entrada entregan un mapa que muestra todas las rutas practicables, los pozos de agua ( lugares para observar los elefantes) y la lista de animales más representativos con su respectiva foto. Adicionalmente en la cartelera indican las zonas en las cuales se han avistado las especies durante el día.
Al ingresar, los Guarda-parques verifican nuestros documentos: los pasaportes, la licencia de conducir, la matriculación del carro y también revisan el maletero tanto a la entrada como a la salida
Yo estaba un poco preocupada con la visita, me imaginaba que ibas en el carro y se te atravesaban los leones o que los elefantes te perseguían. En realidad hay que andar muy despacito y estar muy atentos para poder verlos.
La vegetación es bastante tupida lo cual dificulta la observación desde nuestro Nissan Almera. Los tours organizados se hacen en camiones altos que permiten más visibilidad y los pasajeros van armados de binoculares y enormes lentes fotográficos.
En la ruta se consigue excremento de elefante, donde se nutren y se reproducen los escarabajos Addo . Está prohibido pisar y recoger el estiércol, ¡Qué idea! bueno, al parecer algunas personas les otorgan propiedades curativas a esta materia.
Después de más de una hora rodando ¡Los vemos! ¡Qué suerte poder admirar la caminata parsimoniosa de los elefantes! Su piel arrugada, sus enormes crías, sus trompas aspirando el agua, el caudal cuando hacen pipí.
Unos kilómetros después, muy tranquilitas están las cebras, con su estilazo super cool, nos quedamos un rato embelesados contemplando los patrones de sus rayas. Ya quiero unos legging así.
Admiramos una hiena, queriendo pasar desapercibida con una suntuosa capa negra. También vimos varios antílopes, aves, monos, escarabajos y la tortuga leopardo.



Para sacar buenas fotos, hay que tener buenas cámaras fotográficas, nosotros usamos nuestros teléfonos chinos lo mejor posible.
Hay algunas zonas del parque donde se puede bajar del carro, siempre con una pancarta que dice, (BEWARE OF LIONS – Exit vehicle at own risk). Michel se baja, enciende un cigarro, revisa su celular, se relaja, contempla el panorama y saca fotos. Yo lo espero, impaciente, en el carro ¡ Señor Jesús !



Hay un área reservada (Jack’s site) para picnic con Braai y baños incluidos. El recinto del Parque está muy bien protegido con cercados eléctricos, bien camuflados apenas se ven. A mi igual me asusta que se escape algún recluso.
En el norte del parque se encuentra el campamento principal, dispone de un restaurante, una tienda de souvenirs, un centro de interpretación de aves y el sendero PPC Discovery Trail, que permite adentrarse y explorar la flora típica del Parque. Por supuesto que lo hicimos.
Salimos por la puerta norte, donde tomamos un alojamiento por una noche, al día siguiente volvimos a cruzar el parque (esta vez de norte a sur). En los dos días, recorrimos más de 100 km en unas 7 horas, algunas rutas están asfaltadas, pero la mayoría son de tierra y bastante irregulares.
Antes de salir, en un instante, veo un par de leones, movían la cola como leones. Hago un zoom y Michel saca una foto, su cámara está al máximo de resolución (8 Mb). Los resultados de las fotos son no concluyentes aunque estaba indicado que los leones se encuentran en el sur del parque (lions found mostly in the southern section of the park)
¿Qué creen ustedes?

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