Después de nuestra primera semana en Orosei en la costa este de Cerdeña, partimos hacia Porto Torres, 200km al noroeste. Hay varias opciones de itinerario, nosotros pasamos por Olbia e hicimos varias paradas en la vía. Aquí les cuento todo.

Desayunamos, acomodamos nuestro equipaje y basura en el carro de alquiler. Una de las condiciones del alojamiento es sacar todos los desperdicios al partir. En la isla se clasifican los residuos en cinco categorías: cartón, plástico, biodegradable, vidrio y el resto. Hay contenedores para cada tipo y se deben sacar a la calle en días específicos. Bueno digamos que esto es más o menos fácil. Pero se vuelve complicado si un lunes quieres sacar todo. Los locales de basura están cerrados con llave.
Tomamos la SS125, la carretera panorámica, buscando un café con vistas y un sitio para dejar nuestros restos. El GPS nos lleva hasta la terraza de la marina de un Resort & Gol cinco estrellas. Dimos una vuelta de reconocimiento y descubrimos que tenían papeleras disponibles para dejar nuestros desechos en toda legalidad. Dos pájaros de un solo tiro, seguimos nuestro camino literalmente con un peso menos.

Siguiente parada: Capo Coda Cavallo, reserva marina. En un primer intento tratamos de llegar al mirador caminando, pero no conseguimos el sendero que habíamos visto en Wikiloc, así que fuimos con la máquina. El color de la arena, las aguas turquesas/cristalinas, los islotes y las vistas espectaculares me hicieron sentir en el Parque Nacional Mochima (Venezuela).
A mediodía llegamos al aeropuerto para cambiar nuestro rental car. La segunda semana el alquiler estaba a mitad de precio (fin de temporada). Cerrar un contrato y abrir otro, nos tomó algo más de una hora, cambiamos un Renault Clio normalito por un potente Seat Ibiza. Tomamos dirección oeste. Nos detuvimos para almorzar en un restaurante de carretera, Michel pidió polpettone, yo comí queso pecorino y queso pecorino con ravioles de ricotta. Un cappuccino después, nos encontramos en la ruta de las iglesias románicas.
En medio del campo y por un camino angosto llegamos a la bella y bien conservada Basilica di Sant Antioco di Bisarcio, nos conformamos con admirarla desde el exterior (cerrada los lunes).

Luego nos desviamos hacia Andara para admirar el magnífico retablo de la Basílica Santuario Nostra Signora del Regno.

Nos perdimos y llegamos casi por azar a la Chiessa de SS Trinità di Saccargia, la iglesia de la carta postal sarda. Me pregunto si no la habré visto en alguna ilustración de mis libros de bachillerato. Es una belleza por fuera y por dentro. Al exterior con su campanario de franjas bicolores y los detalles esculpidos en sus columnas en los cuales sobresalen unas vacas.

El interior es bastante austero, pero el altar está decorado con un fresco precioso de diferentes escenas de los evangelios en un estilo de arte bizantino.

Antes del atardecer llegamos a Porto Torres. Un poco tarde para completar la ruta con la iglesia románica más grande de la isla.
Al día siguiente, bajo algunas gotas de lluvia, visitamos la sobria y particular Basílica de San Gavino. Una iglesia sin fachada y con dos ábsides en los extremos, en el principal se encuentra el altar y en el segundo una escultura de los tres mártires sardos: Gavino, Proto y Gianuario.


Alrededor del año 300, Proto y Gianurio estaban condenados a muerte por predicar el Evangelio, Gavino era el soldado romano que los cuidaba. Gavino se convirtió al cristianismo y liberó a sus prisioneros. Luego los tres fueron decapitados. En la cripta de iglesia se encuentran sus reliquias.

La serenidad del lugar y esta historia de fé me conmovieron. Me vino a la mente este versiculo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.» Marcos 16:15
Confieso que estoy lejos de evangelizar a alguien, soy más una peregrina, a veces malgeniada buscando paz y con unas ganas enormes de regresar a casa.
En un trayecto a priori trivial, de Orosei a Porto Torres, inesperadamente encontré una chispita para avivar mi fé. No estamos indemnes de nuevas bendiciones.
En el próximo post, les cuento porque escogimos Porto Torres para visitar el noroeste de Cerdeña.
¡Qué el Señor los bendiga !

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