La isla de Madeira es impresionante por su fantástico relieve y su densa vegetación. Tiene un montón de hectáreas de bosque de laurel (patrimonio natural de la humanidad por la Unesco).

Los pinchos de la espetada típica madeirense se hacen a partir de ramas del bosque de Laurisilva. Para nosotros lo más singular a nivel de la gastronomía madeirense son los Talhos, una especie de consorcio carniceria-bar-restaurante. Un concepto tradicional para comer brochetas. Es un sistema simple, eficaz y económico, primero se pasa por la carnicería para comprar los productos cárnicos, los carniceros preparan las espetadas y las adoban con sal, ajo y laurel. Luego se pasa al bar vecino donde se comparten las brasas, se adquieren las bebidas y se goza la velada.
Las carnes más solicitadas son el solomo de cuerito (Bife de Chorizo) y nuestra preferida, la Mendihna, son las costillas o el asado de tira como le dicen en Argentina.
Dependiendo de la talla del talho, se pueden comprar también chorizos, salchichas y queso entre otros. Los acompañantes son pan y mantequilla.
En las fiestas tradicionales, los talhos son chiringuitos temporales donde ocurre todo este divino proceso. Nosotros los avistamos en la fiesta de la Castaña en Curral das Freiras y en las Fiestas de São Martinho, que aunque lo tradicional es comer bacalao por las fechas, el talho también está presente para variar los placeres.
El restaurante portugués favorito de Michel es el Talho do Caniço, sin duda el talho más conocido de la isla y solo abre de jueves a domingo a mediodía.






El sitio es muy concurrido, hay que llegar temprano para no hacer mucha cola en la carnicería y encontrar una mesa sin sillas. Se compran bebidas y pan directamente en el mostrador. Las espetadas están bien numeradas para no confundirse, van pasando a la parrilla a nuestro antojo. Con la ayuda del pan se sacan los trozos de carne del pincho para no quemarse. El ambiente es sumamente alegre, algunos grupos cantan o tocan algún instrumento. Escuchamos que cantan Feliz Aniversario y no es casualidad que sea el cumpleaños de Michel.

Probamos otro Talho, al borde de la carretera en Santana, aquí el ambiente es mucho mas tranquilo, un sábado por la noche, éramos los únicos clientes, fuimos a celebrar nuestro desempeño (¡Ganamos!) en el torneo de petanca con nuestros amigos y rivales en la competencia. Aquí las mesas si tienen sillas y hay cubiertos. Osvaldo, el patrón, ejerce como carnicero, parrillero, barman y mesero. Todo con mucha dedicación y profesionalismo.
Dos festejos deleitándonos en agradable compañía. A nivel de precio, no hay diferencias, de 10 a 15 euros por persona, eso si comiendo y bebiendo con gusto.
Bom proveito!
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