Hace más de 35 años que manejo. Treinta y siete para ser exactos. Aprendí al volante de un escarabajo destartalado de una autoescuela en San Cristóbal, recorriendo la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo y arrancando en la subida de la calle 15 con la carrera 12.
Apenas cumplí 18, fui con mi tío Tico a la oficina pertinente en La Asunción y salí de allí con mi licencia nuevecita. Un regalo de cumpleaños. Para entonces cursaba segundo año de Ingeniería Electrónica. Mi papá se apareció en Caracas en un Fiat Uno rojo, 900 km, los que había recorrido desde Cordero hasta la casa de mi tía Gladys en el Paraíso.
Me dijo : « Mañana vamos a la Universidad». La Universidad Simón Bolívar se encuentra en el Valle de Sartenejas. Desde la Avenida Washington del Paraíso hay unos 22 Km: un km en la urbanización hasta la salida de la autopista Francisco Fajardo (2 km), luego 16 km en la autopista Valle-Coche, hasta llegar a la redoma de Hoyo de la Puerta, allí se toma una carretera curvilínea durante 3 km hasta sentir la emoción de contemplar los hermosos jardines de mi alma mater. Es una ruta complicada para una persona que está aprendiendo a manejar. El tramo final (Tazón) de la autopista contempla una pendiente del 12 % y la mayoría de las personas y mercancías que ingresan a Caracas desde el occidente del país transitan esta ruta. Mi papá me sirvió de copiloto y al otro día regresó confiado a Cordero.
Esta fue mi escuela de manejo. El Fiat Uno fue testigo de los maravillosos años ochenta en Caracas.
Cuando vine a Francia en 1999, compré un Peugeot 205 de segunda mano, recorrí la Bretaña y buena parte de Francia, fui manejando hasta Madrid y otra vez a Barcelona, con dos niños preguntándome reiterativamente : «¿Cuánto falta ?». Puedo decir que soy una conductora experimentada.
Ahora que soy residente francesa mi licencia venezolana no es válida. Obtener le Permis es algo bien complicado y costoso. Primero hay que aprobar el examen teórico, el famoso Code. Consta de 40 preguntas y para aprobar es necesario tener al menos 35 puntos. Este lo obtuve en el 2021, durante el confinamiento me preparé y fui a presentarlo. Lo aprobé con 37 puntos.
Con el Code, me dispuse a pasar el examen práctico. Hice una evaluación en una autoescuela. Me fue terrible. El monitor me dijo: -«Señora se ve que usted sabe manejar pero tiene muy malas costumbres, creo que necesita mínimo 20 horas de clases ». A 50 euros la hora y con el orgullo profundamente herido trate de hacerme la loca. Pero Michel no me dejó. No pasaba una semana sin preguntar: «C’est quand que tu passes ton permis ».
Este año decidí obtener el Permis, con Stych, una autoescuela online. Escogí a la monitora por su nombre, Brigitte, como mi querida cuñada. Brigitte es una mujer de mi edad, empatizamos inmediatamente y su veredicto inicial fue mucho más afortunado. Me dijo: « Sara, tú sabes manejar, pero lo haces intuitivamente, no tengo problemas de viajar contigo, pero necesito formarte para que apruebes el examen».
No fue fácil. En estos últimos meses he aprendido mucho. Primero tuve que hacer un trabajo de olvidar lo que ya consideraba automático, para comprender cada maniobra y realizarla de forma consciente y técnica. Hay tres puntos que quiero resaltar.
- Manejar a la derecha, es decir te debes quedar siempre en el canal de la derecha y usar las otras vías solo para pasar otros vehículos. Me acuerdo una vez que vino mi amiga Mónica de Barcelona a visitarme a Rennes y me dijo: « Chama llegue rapidito no había nadie en el canal rápido».
- La prioridad a la derecha. Nosotros creemos que si vamos en una ruta principal tenemos la prioridad, esto aquí no es así. Si no hay señalización de prioridad, la prioridad es del vehículo que llega de la derecha. Si, es raro y complicado.
- Francia tiene el récord mundial en número de redomas (rotondas). Tienen más de 65000 y siguen construyendo todos los días. Hay de dos clases: los ronds-points (puntos redondos) y los carrefour à sens giratories (cruces de sentido giratorio). En los ronds-points, los vehículos que ingresan son prioritarios y en los carrefour à sense giratorie no. En realidad pocas personas conocen la diferencia, la mayoría de las redomas son carrefours à sense giratorie pero todos les dicen ronds-points. Oui, c’est comment ça !
Una vez dominados estos puntos y otros, llegó el día de la prueba práctica. Una hermosa tarde soleada. Estaba muy nerviosa, la prueba dura unos 30 min. Es un protocolo que he practicado y un recorrido que conozco. El inspector, un hombre del tamaño de un jugador de Rugby, da comienzo al examen. En la ciudad la velocidad está limitada a 30km/h, tomo las redomas con toda la técnica aprendida, en un momento, estoy circulando a 40 km/h, el inspector me llama la atención pero tengo una moto pegada detrás. Seguimos rodando y llega el momento en el que hay que estacionarse entre dos carros. La pierna izquierda me tiembla, logró realizar con éxito la maniobra, en este momento se debe apagar el carro y el inspector hace tres preguntas teóricas. Aprendí todo el cuestionario de memoria, pero la voz me tiembla. Vuelvo a montarme en el carro y estoy super alterada, sin darme cuenta vuelvo a acelerar y no respeto los 30km/h. Me vuelve a llamar la atención. Tomamos el periferico de Rennes, voy sin problemas, es mi patio, pero estoy agotada, ya quiero que se acabe esta tortura. Miro el reloj, falta poco.
El sistema de evaluación contempla tres competencias principales, se puntúa con 31 puntos, se debe obtener un mínimo de 20 puntos sin tener una E (Error que pone en peligro la seguridad de las personas o del vehículo). Los resultados se pueden consultar en línea a partir del día siguiente de la prueba.
Al finalizar la prueba, de regreso a la autoescuela, Brigitte analizó mi desempeño objetivamente. Me dijo: « creo que tienes los puntos, pero no se como va a calificar tus excesos de velocidad ». En verdad yo creo que ella sabía que yo había aprobado.
No dormí muy bien esa noche. Al día siguiente, al consultar los resultados:
Félicitations, vous venez d’obtenir le permis de conduire.
¡Qué Felicidad, poder volver a manejar ! Liberté !
Le Permis, la licencia francesa funciona en base a puntos. Como joven conductora solo tengo 6 puntos y debo seguir reglas más estrictas, por ejemplo, en los límites de velocidad el máximo autorizado es 110 km/h en lugar de 130 km/h en las autopistas, la tolerancia al alcohol es cero y debo llevar una calcomanía con la letra A mayúscula en la parte posterior del carro. Cada 6 meses, si no he cometido ninguna infracción ganaré un punto, hasta completar el máximo de 12 puntos.
Fue una ruta larga y ardua, estaba como los niños preguntándome «¿Cuánto falta ?», con los nervios como cuando era una estudiante de electrónica, fue frustrante el día que no aprobé la clase porque me salté un stop. Fue una buena lección. Ahora cada vez que veo un stop, me paro y cuento hasta tres. Definitivamente soy una joven conductora, aprender rejuvenece.
Termino este cuento agradeciendo a mi querido esposo por su persistencia, a mi super instructora Brigitte por sus palabras siempre precisas y oportunas y a mi amiga Andreina por su generosa hospitalidad durante nuestra estadía en Rennes.
On the road again !
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