
Entre dos visitas al Parque Nacional Kruger, recorrimos la Ruta Panorámica, en el corazón de la provincia de Mpumalanga con el propósito principal de explorar el Blyde River Canyon. Este cañon lo promocionan como el tercero más grande del mundo aunque en mis investigaciones no conseguí ninguna lista que lo referencie como tal. Hicimos dos paradas de tres días cada una. La primera en Graskop y la segunda en Moremela.
Desde la Puerta Kruger hasta Graskop se suben más de 1200 m en altitud, baja la temperatura y la ruta está tupida de enormes extensiones de pinos y eucaliptos. Atravesamos uno de los bosques más grandes del mundo plantados por el hombre.
En Graskop, intentamos visitar la Ventana de Dios, pero estaba cerrada por huelga de los trabajadores. Luego hicimos la caminata no oficial del Jock Trail Parkrun, la cual termina con vista al Graskop Gorge Lift and Adventure Center. En este sitio el panorama es espectacular, hay un ascensor para bajar hasta el fondo del cañon y los más aguerridos pueden disfrutar experiencias extremas como el salto elástico desde el puente colgante entre otras actividades más o menos vertiginosas.



Desde Graskop partimos en dirección sur, hacia Sabie, donde descubrimos el pequeño Museo de la Silvicultura, las cascadas Velo de novia (Bridal Veil) y Arroyo solitario (Lone Creek). Parecen cerca en el mapa, pero la carretera entre ellas es tortuosa. En nuestro plan estaba previsto pasar por Pilgrim Rest, un pueblo museo, testimonio de la fiebre del oro hace 150 años, pero cansados del polvo de la carretera cambiamos la visita por una degustación en la microcervecería artesanal Sabie Brewing. Fue una muy buena pausa. Luego seguimos hasta las Mac Mac pools, unas piscinas que se crearon a partir de explosiones de dinamita en la búsqueda de oro. Terminamos el día con un trek aventura estilo Michel Jones, el guía pretendía hacerme cruzar el río Mac Mac caminando sobre la parte alta de la cascada, quedaba media hora de luz solar, tuve taquicardia, afortunadamente conseguimos una vía lateral menos riesgosa para regresar.



Partiendo hacia el norte a Moremela, entre dos chaparrones nos hicimos un selfie en las Cascadas Lisboa y al llegar al incontournable Bourke ‘s Luck Potholes (huecos de la suerte) seguía lloviendo, estábamos tan cansados de todos los potholes (huecos) que habíamos padecido, que decidimos no visitar el famoso sitio, el precio de entrada tampoco nos ayudó a cambiar de idea.
Nos quedamos en el Joy River Backpackers, el alojamiento más original y rústico de todo nuestro viaje, todas las instalaciones están muy bien hechas a partir de materiales reciclados. Desde aquí fuimos al exclusivo Forever Resort, lugar de partida de tres caminatas: Leopard, Guinea Fowl y Loerie. Estos senderos permiten admirar el cañón del río Blyde desde varios puntos de vista magníficos. Nosotros combinamos los dos primeros senderos y nos gustó tanto que volvimos al día siguiente para completar el recorrido.



Al final de la tarde visitamos los Tres Rondaveles, quizás el paisaje más conocido y notable de la región. La luz era perfecta y al igual que el resto de los numerosos turistas que se bajaron de los buses, no nos cansamos de sacar fotos. El panorama es simplemente extraordinario y único. Una obra maestra de la Creación.



En Mpumalanga, el nombre de cada sitio tiene una historia fantástica, nos deleitamos con los espléndidos paisajes y los sabrosos aguacates, tomates, grapefruits y nueces de macadamia. Durante nuestra estadía el tiempo estuvo muy inestable, bruma, lluvia y hasta granizo. En esta rica tierra fue donde vivimos los load shedding (cortes de electricidad) más severos de nuestro viaje, cuando se va la luz, tampoco hay servicio de data móvil y los alojamientos solo nos procuraron velas y una linterna. A pesar de esto, el Blyde River entra en el cuadro de honor de nuestras visitas sudafricanas, por algo Blyde en Afrikaans significa feliz ❤ 🇿🇦
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