Dejamos la costa, rumbo a Underberg, al sur de la fascinante cadena montañosa Drankensberg (Montañas del Dragón) en la frontera con Lesoto.
La travesía contempló, un primer tramo de curvas, donde se corre el riesgo de chocar contra una vaca, los conductores que vienen en sentido contrario alertan encendiendo las luces. Pasamos en frente de una escuela a la hora de la salida, vimos una gran cantidad de estudiantes, llevando coloridos y elegantes uniformes (ternos en Ecuador). Nos asombramos de las distancias que caminan de regreso a sus casas, hasta cinco kilómetros contamos, los uniformes parecen poco cómodos en estas circunstancias. Luego paramos en una gasolinera antes de Kokstad, aprovechamos para almorzar en Wimpy, una cadena de restaurantes bastante conveniente para nosotros. De vuelta a la carretera, las vistas se van haciendo cada vez más espectaculares a medida que avanzamos hacia las montañas.

En esta etapa de nuestro Road Trip, Michel visitaría Lesoto y podría sumar un nuevo país a su lista. Para viajar al llamado Reino en los Cielos, con un pasaporte venezolano es necesario una visa que cuesta 200 US$. Lo cual quita las ganas y evita el papeleo.
Busqué en Couchsurfing, alguien con quien pasar un par de días, mientras Michel se lanzaba a la conquista del bar más alto de África. Jean, una chama como yo, buena onda y muy emprendedora, aceptó recibirnos en su hermosa propiedad. Pasamos unos días maravillados en su casa junto a sus compañeros, dos magníficos caballos, un asno, dos perros y dos gatos. Cada atardecer fue un concierto de matices, el jefe de orquesta hizo vibrar cada color en el justo momento para nuestro deleite.
Underberg es una zona ganadera, las vacas desfilan impasibles en las inmensas haciendas, de miles de hectáreas. Además es un zona turística, el lugar es hermoso, montañas aterciopeladas, picos escarpados, ríos, pozos y cascadas hacen parte de varias reservas naturales.



Jean nos invitó al Parque Nacional Garden Castle, allí hicimos el sendero Pillar Cave, 9 Km de dificultad media, con tres cruces del rio y un panorama fantástico. Cuando llegas sabes inmediatamente porque bautizaron así el lugar, disfrutamos de nuestro picnic y nos tomamos un descansito en la insólita cueva. De regreso, nos paramos en el Balam River Deck, un Coffee Shop a orillas del río. Encantador. Aquí inicie una conversa en inglés con la patrona, pensando — ¿ Quién preguntará primero ?—¿ De dónde eres ? Lulú es originaria de México, sus postres en especial los alfajores son divinos, nada empalagosos y el queso amarillo que vende está pas mal. Palabra de francés.



Otro día, nos fuimos hasta el puesto fronterizo Sani Pass, las vistas son sublimes. La ruta está perfectamente asfaltada del lado sudafricano pero solo es posible cruzar la frontera en 4×4. Hay un desnivel de más de 1000 m en 9 Km, en una carretera de tierra super ruda, por lo cual una muy buena opción es ir en con algunas operadora turísticas. Proponen paquetes de uno a tres días.
En caso de haber rentado un todo terreno, es necesario solicitar con antelación un permiso/seguro de circulación que cuesta más o menos 100 US$ dependiendo de la agencia.
Michel tenía mucho dolor de espalda y dudó hasta el último momento para reservar. Cuando llamó ya no quedaba cupo, solo podría ir si pagaba el viaje al precio de dos pasajeros.
Nos despedimos agradecidos de los colores del otoño, de las majestuosas montañas y de nuestra espléndida anfitriona. El Reino en los cielos quedó para otro momento.
Otros cuentos

Deja un comentario