Chintsa y PSJ, etapas playeras.

Nos despedimos de los elefantes y tomamos rumbo hacia la costa. Nuestro primer destino, Chintsa, al este de East London.

Un viaje de más de 350 Km. Los primeros 40 km en dos horas, atravesando el Parque Addo. Luego se circula bastante bien sobre la N2 hasta las afueras de East London. Pero contornear la ciudad, es un viacrucis, una ruta congestionada, angosta, llena de huecos y camiones. Para terminar el día,  los dos últimos kilómetros antes de llegar a nuestro hostel, un camino de tierra con policías acostados gigantes (reductores de velocidad) cada 100m. Llegamos destrozados después de casi siete horas de viaje. Nos estacionamos durante cuatro días.

A orillas del estuario del río Chintsa, entre magnificas dunas y fuertes olas, se encuentra este hermoso y exclusivo lugar de reposo. Nosotros nos alojamos al oeste del río. Al este se encuentran lujosas residencias secundarias y guesthouses, el Country Club, un minimercado bastante bien surtido para el tamaño del pueblo,  un par de restaurantes y un deli-café-gourmet, con publicidad de cierre tarde. Un día decidimos ir a tomar un café y estaba cerrado. Cierran antes de las 5 pm. Si, eso es cerrar tarde aquí.

Todos los días cruzamos el río para hacer la compra. Hicimos un treck, en el sentido contrario al sugerido (inicia bordeando la playa), dada la dirección del viento de ese momento. Caminamos 10 km adicionales en la carretera ya que el circuito se encuentra cerrado (o abierto) por propiedades privadas.

Michel se aventuró a remontar el río en Kayak conmigo. Me explica como remar : —Es muy fácil si sabes física.

— Sí estudié física, pero nunca he visto una corriente de electrones — le respondo.

Fue emocionante, sobre todo cuando cambió la polaridad (la marea) y parecía que nunca llegaríamos de vuelta al hostel.

Visitamos el Bazar del Country Club, música en vivo, venta de productos locales, tomamos un aperitivo y nos abastecimos en biltong. Excelente charcutería a base de carne de venado, jabali y kudú.

Chintsa es un lugar espléndido y muy sereno. Solo un mono vino a perturbarnos, nos sorprendió mientras comíamos  y se llevó mi pan preferido de por estos lados, alto en magnesio y de bajo índice glicémico.

Después de esta buena pausa, seguimos a nuestra segunda etapa costera, 300 km al este, Port St Johns, PSJ, para los locales. Retomamos la N2 con bastante aprensión. Hay que atravesar Mthatha y tres personas en tres sitios diferentes nos han advertido, de una ciudad de alto riesgo, en la cual es mejor no detenerse.

En el camino, el paisaje se transforma en colinas, con una gran cantidad de viviendas cilíndricas de techo cónico en colores pasteles, son los típicos Rondavels.

La vía ya es peligrosa, en la autopista se pasean vacas y chivos. Vimos dos burros patas pa’ rriba y una cabra saliendo milagrosamente debajo de un camión enorme. Cruzamos Mthatha sin mirar pa’ atrás y en una ruta que se nos hizo más bien breve y  leve, llegamos a PSJ.

Nos topamos con el mercado. Apenas se puede circular. Es un bululú, hay un terminal de camioneticas, un centro de salud, más comercios y modestas viviendas.

Aquí también reservamos un hostel backpackers,  pero es más animado que el anterior. El bar-restaurant abre hasta las 9 pm. Simpatizamos con el personal y con otros huéspedes. Michel casi le gana al campeón de billar de Zimbabwe.

Hay tres playas: la primera playa, la segunda playa y la tercera playa . Así se llaman. No hay excusa para olvidar sus nombres. Allí nos encontramos unas vacas bronceándose tranquilamente.  

En estas aguas se han reportado varios accidentes con tiburones  y hay que caminar bastante para mojarse las rodillas. Se me quitan las ganas de nadar. Sin embargo la marea se prestó para un buen chapuzón en el estuario de la segunda playa.

La frecuentación es muy popular, hay vendedores informales de comida. Vimos una tiendita y pensamos en comprar verduras, entramos y resultó ser una licorería. Un señor se nos aproxima para ofrecernos fish. No entendimos muy bien qué tipo de pescado nos estaba proponiendo “Crayfish”, cangrejos de agua dulce, se pueden atrapar de noche cuando baja la marea.

Caminamos por el sendero de la playa hacia «The Gap» un sitio espectacular para los que no sufren de vértigo. También tuvimos un par de trecks frustrados. El primero hacia la tercera playa por un derrumbe, había llovido bastante el día anterior. El segundo hacia la cascada Bulolo, el sendero no está señalado, ni repertoriado en ninguna de las aplicaciones que usamos. El inicio del trayecto está lleno de basura, caminamos unos 600 m y escucho un quejido, Michel dice: — es solo un pájaro. En la selva espesa, llena de lianas, musgos, el más mínimo roce de una rama me sube la adrenalina. Michel cree que debemos cruzar el río. No veo el camino por ningun lado. Me amotiné y decidí no continuar. Fuera de los parques nacionales los senderos no están indicados, ni mantenidos. En el hostal, proponen guías para estos paseos. Pero para el Michel Jones esa no es una opción.  

Para finalizar nuestra estancia playera, nos fuimos al aeropuerto (zona militar) donde esta permitido circular sobre la pista. Michel acelera y trata de despegar en nuestro Nissan Almera. El panorama es espectacular, estamos volando y tenemos una vista de 360 grados, se observa el pueblo, el río Mzimvubu, los acantilados y de lejos una vaca.

¡Hasta la próxima Indico !

3 respuestas a “Chintsa y PSJ, etapas playeras.”

  1. Muy simpatico el mono y las vacas playeras. 🤣🤣🤣🤣

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    1. Las vacas si, el mono no 🙂

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  2. […] Etapas 8 y 9 : Chintsa y Port  Saint John (4 días en cada lugar). Post: Chintsa y PSJ, etapas playeras […]

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