Los Viajes de Sara y Michel

Ya cogimos carretera. Salimos de Ciudad del Cabo y vamos hacia Jobourg (como le dicen a Johannesburg acá).

Dedicamos bastante tiempo para escoger el itinerario, las paradas y el tipo de carro de alquiler. Michel revisó, estudió y comparó minuciosamente varios sitios web de car rental . Después de mucha reflexión y discusión nos decidimos por un Suzuki Ciaz.
El alquiler incluye gratuitamente un conductor adicional, ese conductor soy yo. La verdad es que aún no me acostumbro, a que todo sea al revés. Ya les contaré cuando me toque cambiar las velocidades con la mano izquierda 😲.

Las rutas están en muy buen estado, en las carreteras nacionales el límite de velocidad es 100 Km/h y en aglomeración 60 Km/h.
Se puede estacionar en las calles, siempre aparece una cuidador de carros. Dependiendo del tiempo, la tarifa es de 2 a 20 rands a juicio del conductor.

En nuestra primera etapa hemos recorrido la zona vinícola del Cabo Oeste de Sudáfrica : Stellenbosch, Franschoeks, Robertson, Asthon y Montagu.

Stellenbosch es una de las más visitadas por la excelente calidad de sus vinos y por su cercanía a Ciudad del Cabo. Hicimos aquí una corta pausa y visitamos el Museo del juguete y de las miniaturas, hay una colección  importantes de carritos.

Luego, parada obligada en Franschhoek,  significa el Rincón de los Franceses en Afrikaans. Aquí se instalaron los Hugonotes (Hugonots), refugiados franceses del siglo XVII, quienes huían de la cruenta persecución religiosa, los protestantes eran torturados, masacrados y expropiados. Hubo en esa época muchas conversiones forzosas al catolicismo, la más famosa es la del rey Enrique IV, a quien se le atribuye la expresión: «Paris vaut bien une messe“ (París bien vale una misa).
Los Hugonotes no llegaron por azar. Aprovecharon la oferta del primer gobernador de la Colonia del Cabo Jan van Riebeeck y de su esposa María de la Quellerie (francesa y protestante).
Los holandeses estaban buscando mano de obra especializada para desarrollar/aumentar la producción de vino y poder abastecer los barcos de la Multinacional «Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales» . Subvencionaron el viaje de los viñadores, les otorgaron en concesión tierras fértiles en un espléndido valle y los dotaron de algunas herramientas.

Los Hugonotes nombraron sus dominios: La Motte, Mont Rochelle, Languedoc, Champagne, Provence y hasta Bourgogne (1).
Así fue como los seguidores de Calvino cultivaron las viñas y se gozaron, más que merecidamente, las primeras vendimias en esta región del mundo. Para 1691 se habian instalado 178 familias francesas. Prosperaron y se hicieron parte de  la historia.
Como de todo hay en la viña del Señor, entre sus descendientes encontramos el primer presidente de la vergonzoza era apartheid, pero también el último, Frederik de Klerk, quien ganó el premio nobel de la Paz junto a Nelson Mandela.

Hoy Franschoeks es la capital gastronómica del país, ofrece excelentes restaurantes y todo tipo de experiencias para disfrutar el fruto de la vid.

En el camino vamos aprendiendo, tratando de comprender las cicatrices y la magia de esta tierra.

Las Degustaciones 
En nuestro tiempo como peatones en Cape Town, fuimos a Groot Constantia, donde producían el vino que bebía Napoleon Bonaparte, durante su cautiverio en Santa Elena. La degustación no fue posible ya que llegamos sin reservación.

En Franschhoek visitamos  La Motte, sin embargo no degustamos el vino, pues estábamos on the road.

Luego, en Roberston, cerca de nuestro hotel, quisimos tentar la experiencia enológica en Bon Courage (nos encanta el nombre), pero los horarios no nos convencieron. Finalmente optamos por un paseo en bote en el Río Bree disfrutando un picnic y una botella de Sauvignon Blanc.

No se preocupen por nosotros, hemos abierto algunas buenas botellas 😉

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