Los Cristianos, 25 de enero de 2023
De vuelta a Tenerife. Estuvimos aquí por primera hace tres años. Es la primera destinación que re-visitamos desde que inicie mi vida viajera en el 2019.
¿Por qué se llama Los Cristianos ? Aun no lo se.
En noviembre de 2019 estábamos en Rennes (Francia) muertos de frio. Nos preguntamos — ¿ Cual es el sitio mas al sur en el espacio Schengen? — ¡Las Islas Canarias! — Inmediatamente compramos los boletos.
Recibimos los locos años veinte, muy muy bien, en familia y brindando con vista a la Torre Eiffel. Después de una noche corta y de un exquisito brunch, tomamos el bus hasta el aeropuerto de Beauvais (67 Km al norte de París) ¡Qué mejor manera que comenzar el 2020, volando !
Aterrizamos en el aeropuerto de Tenerife Sur, tomamos nuestro carro de alquiler y llegamos al apartamento que habíamos rentado por una semana. En la mañana siguiente, el termómetro marcaba 20°C, la víspera en París, hacia 1°C. En la tiendita de abajo, había: cocosette, harina pan (tres marcas diferentes), jamón rebanado en lonjas finitas, queso blanco tipo paisa, cilantro, lechoza, cambures y aguacates. Todo me era muy familiar, no en vano, la historia del intercambio entre canarios y venezolanos se remonta al siglo XVI (1).
En nuestra primera caminata por el Paseo Marítimo de Los Cristianos llegamos al terreno de Petanca. Iba a empezar una competencia por año nuevo, pero nosotros no teníamos bolas. Nos dijeron : — pueden ir a comprar, donde los chinos. Efectivamente en el Bazar de los paisanos había/hay de todo. Compramos, una manga para colar café, dos tripletas de petanca (7.99 Euros) y una balanza rosadita (7.90 Euros), en la cual Michel se pesa religiosamente cada mañana desde entonces.
El torneo estaba organizado por el adorable Michel G. Pasamos un momento excelente, el concurso se prolongó hasta la noche. En el momento de la premiación, hubo una botella de vino para cada participante y también rifaron tres Jamones (esos jamones que cuelgan en las tascas españolas).
Unos días después, encontramos el perfil de Michel C. (MC) en CouchSurfing. Le hicimos una solicitud de hospedaje por tres noches. MC respondió inmediatamente con una invitación a visitar su apartamento, en obras, para ver si nos interesaba.
MC es un belga encantador, alto, flaco, vegetariano, una dulzura de persona con excelente sentido del humor, amante de las motos y piloto profesional de transportes terrestres. Su penthause, esta ubicado en un complejo habitacional con piscinas y con una vista espectacular sobre La Gomera. Estaba prácticamente vacío, tenia una lavadora y una secadora conectadas ultimo modelo, un par de poltronas en la terraza al lado del jacuzzi, una cama cinco estrellas sin estrenar en el cuarto de amigos, un super televisor con sopotocientos canales, cuatro sillas nuevas sin desembalar y dos o tres mesas en sus cajas listas para armar. Todo era nuevo y de primera calidad. No había cocina, ni siquiera una nevera, lo único que había para cocinar era un hervidor de agua eléctrico, también nuevo y ultimo modelo. Los baños no tenían puertas. Michel me preguntó, si quería quedarme en esas condiciones de poca privacidad. Bueno, pensé que podía usar los baños de la piscina durante los tres días convenidos.
El día acordado, llegamos a la casa de nuestro anfitrión, salimos a pasear y luego a cenar. Conversamos bastante. MC nos recomendó, una gran cantidad de sitios interesantes en Tenerife y durante la cena nos aclaró que al día siguiente saldría de viaje a Cádiz, pero que podíamos quedarnos todo el tiempo que quisiésemos en su apartamento. Insistió en su invitación. De vuelta a casa nos dió todas las indicaciones, dejó dinero para pagar tres veces a Nuris, quien vendría una vez a la semana para hacer limpieza, nos explicó como funcionaba todo. Aunque no había mucho que explicar. Lo mas importante era no cerrar la puerta con llave, pues la cerradura estaba instalada al revés.
En la mañana, después de despedirnos de MC, nos arreglamos para salir y justo afuera del apartamento, Michel se percata de que ha olvidado algo.
— ¡Ay! Metimos la pata ¡ Hemos cerrado la puerta con llave!
Llamamos a MC, pero él estaba a punto de embarcar. Nos dice que hablemos con su vecino, Michel, para ver si podíamos pasar por la ventana. Imposible habíamos dejado la terraza bien cerrada. Afortunadamente pasaron dos personas de mantenimiento y nos abrieron la puerta.
Pasamos casi tres semanas en casa de MC. Cada vez que salíamos, me preguntaba si podríamos volver a entrar. Recorrimos Tenerife, hicimos buenas caminatas, subimos el Teide (1300m de desnivel positivo), nos volvimos asiduos al Club de Petanca y estuvimos presentes en todos los eventos. Nadamos en el océano y en la piscina. Descubrimos el barraquito, las papas arrugadas y los mojos canarios. La estábamos pasando buenísimo. Pero la verdad es que cada noche al llegar al apartamento, todo me parecía muy extraño, ¿Y si estuviésemos implicados en algún delito? Nosotros estábamos durmiendo en el super apartamento de un casi desconocido, que no cerrábamos con llave.
Comenzamos a preocuparnos, en plural, cuando perdimos el contacto Whatsapp con MC. Se avecinaba la fecha de nuestra partida. ¿Que le habrá pasado ? Lo comentábamos con Michou (otro Michel de la Petanca). Michou decía no se pueden ir, tienen que esperar a MC ¡ Estábamos preocupados !
Compartimos nuestra inquietud con Nuris. Ella después de varias llamadas, supo que MC estaba en excursión de motoristas por África. Sin noticias directas de MC, dejamos el penthaouse y nos fuimos a Santa Cruz de Tenerife. Justo allí, recibimos un mensaje de MC, él estaba bien y regresaba en la víspera de nuestra partida. No lo hemos vuelto a ver, pero hemos mantenido el contacto desde entonces.
Los Viajes de Sara y Michel 
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