La marshrutka que tomamos en Goris nos dejó en Yeghegnadzor, un pueblito con unas 8000 almas y muchos ladas.
La parada está al borde de la carretera nacional que va hasta la capital. En un taxi, un lada, llegamos a Shushan Guesthouse, la posada que habíamos reservado por cuatro días en media pensión.
Nos recibió Gohar, la patrona, apenas nos dejó instalar, nos apuró a partir enseguida con su esposo Babken a las montañas. Iban a recolectar hierbas de temporada.

Estábamos apretados en el viejo 4×4 ruso. Eramos seis. Babken, dos amigos, un pensionario coreano, a quien llamaré Joon, Michel y yo. Nos detuvimos rápidamente en una bodeguita, compramos tomates, pan y queso para almorzar después del paseo.
Fue un trayecto inverosímil en medio de las montañas por un sendero muy discreto, casi secreto, escondido entre los pastizales. La pendiente era ruda pero el viejo vehículo ruso se abría camino con fuerza entre las altas colinas.

Para el bien de mis cervicales, finalmente nos estacionamos en una hermosa pradera, un sitio de ensueño, lleno de tulipanes silvestres. Babken y sus amigos se aplicaron en la cosecha, nosotros nos propusimos para ayudar, pero nos rechazaron. Creo que dijeron: mucho ayuda el que poco estorba. Joon, Michel y yo nos paseamos tranquilos en el exclusivo y bucólico escenario. Nos hicimos un bello bouquet de flores.

Una vez recolectado el botín. Retomamos el camino y nos paramos en un sitio para compartir el picnic. Cada armenio sacó su botellita plástica de 500 ml de agua, henchidas de su propio brandy o aguardiente, producido por ellos mismos, a base de uvas o ciruelas, orgullosos de su destilado nos convidaron a la degustación.

Antes de regresar, Babken nos llevó de visita al Monasterio de Tanahat. En la casa Gohar nos esperaba con una mesa repleta de manjares, diversos platillos a base de productos de su propio huerto, la bebida incluida para las cenas era el cognac. Esta fórmula agradaba mucho a Joon quien ya llevaba varios meses de visita. Nosotros solicitamos que nos cambiarán el licor por vino. Nos explicaron que no era posible y que debíamos pagarlo adicionalmente. En todo caso era lo más razonable y como el precio (4 euros la botella) también lo era, catamos el vino de Babken.
Cenamos siempre juntos alrededor de una mesa deliciosa, las veladas estuvieron super animadas, a pesar de que nosotros no hablamos armenio, ni ruso, conversábamos en inglés con Joon y Gohar quien servía de intérprete a Babken.

Estas son las otras visitas que realizamos desde Yeghegnadzor:
Spitakavor: Babken nos llevó hasta Vernaschen, el pueblito vecino desde donde iniciamos la caminata. Atravesamos un valle, regado de un hermoso riachuelo, embelesados en un paisaje campestre soñado llegamos hasta el Monasterio, algunas vacas nos observaban sorprendidas, no es una ruta muy transitada. Nos reposamos en el pórtico del Monasterio de Spitakavor, y no pude evitar jalar de la cuerda que hace sonar la campana. De regreso nos deleitamos con las vistas, coronadas del Ararat nevado. De vuelta a Vernaschen, aprovechamos para visitar el Museo de la Universidad de Glazdor, un pequeño edificio que hace memoria a la Universidad del siglo XIII, con una colección interesante de manuscritos armenios.

Noravank. De todos los Monasterios que visitamos en Armenia (Geghard, Khorp Virap y Tatev) , el sitio del monasterio de Noravank me pareció el más bello, quizás porque al final de la tarde el color rojizo de la construcción se confunde con el tono azafranado del paisaje. Ahora que veo las fotos, me recuerda muchos los colores del deslumbrante Tafraoute en Marruecos. Hay muchos visitantes, pero más que visitantes son creyentes, familias enteras que van en peregrinación.

Areny-1. Es un sitio arqueológico donde las excavaciones realizadas encontraron el zapato de mujer más viejo del mundo (5500 a. de C.) y un lagar usado para la vinificación de la misma época. Areny sigue siendo hoy en día una zona vinícola de renombre, así que aprovechamos para visitar una bodega con degustación

Para estas dos últimas visitas, Gohar nos llamó un taxi, otro lada, conducido por su vecino o primo. La guía en el sitio arqueológico era la sobrina de Babken.
En Yeghegnadzor experimentamos la famosa hospitalidad armenia en toda su generosidad, a pesar de la barrera de la lengua, guardamos excelentes recuerdos de los días en Shushan guesthouse, sin duda nuestro mejor y más auténtico alojamiento en Armenia.

Nos despedimos agradeciendo de nuevo a nuestros anfitriones y después de una foto de grupo, Babken y Joon nos llevaron hasta la parada de bus.
Este viaje continuará en un próximo post.

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