Escribo esta líneas en Montpellier, recordando la primavera del 2022, fue justo aquí donde planeamos nuestro viaje a Armenia. En un fotomatón de la estación de tren Saint Roch me retraté para completar mi solicitud de visa online.
El 11 de mayo de 2022 a las 3 am aterrizamos en Ereván. El pasaje por la inmigracion, fue rápido, tomamos un taxi a nuestro hotel. El check in era a mediodía, esperábamos encontrar una habitación libre. Debimos haber sido más previsivos.
Nos recibió Dylan, un amable jubilado inglés, quien llevaba años viviendo en Armenia, más que otro huésped es una persona de confianza de los dueños del hotel, ausentes durante nuestra estancia.
Dylan conversó con nosotros hasta la salida del sol, nos llevó al mercado, nos mostró sus productos favoritos, el pan lavash, los quesos frescos y el vino local vendido en botellas plásticas comunes como las del agua o las de los refrescos (gaseosas) de dos litros.

Como aún nos quedaba bastante tiempo antes del check in, nos fuimos caminando hasta la Plaza de la República, originalmente bautizada como Plaza Lenin. Quedamos encandilados por la luz radiante reflejada en los notables edificios de los tiempos soviéticos construidos con piedra rosa (toba volcánica). La plaza está rodeada de camionetas cubiertas con las fotos de los sitios turísticos. Intentaron vendernos sus paquetes. No les prestamos mucha atención.

Andando un poco más nos encontramos restaurantes y cafés con terrazas tentadoras. Desayunamos en una deliciosa y elegante cafetería. Regresamos a nuestro hotel inventariando en el camino algunos lugares de interés. Dormimos hasta que fue hora de cenar.
Descubrimos Ereván en marshrutkas, las camioneticas de transporte público. Una vez en ruta, siempre conseguimos un pasajero anglófono o francófono dispuesto a ayudarnos/acompañarnos espontáneamente hasta nuestro destino. Los armenios son muy hospitalarios y les encanta Francia.

La primera visita emblemática de la ciudad es La Cascada, un monumento que comienza con un jardín lleno de esculturas de artistas contemporáneos como Botero y termina un edificio construido en terrazas interconectadas por las largas escaleras que evocan una cascada. El edificio alberga el Centro de Artes Cafesjian. En cada piso hay una exposición y su visita es gratuita. Desde el exterior se disfruta la vista de las montañas, de la ciudad y de la curiosa arquitectura modernista del edificio.

La segunda visita es al Memorial del Genocidio Armenio. Por supuesto que no es divertido, pero sin duda obligatorio para conocer la trágica historia armenia, en la cual millón y medio de hombres, mujeres y niños fueron masacrados entre 1915 y 1923 por los otomanos.

El memorial se visita en tres partes: el museo, una recopilación de fotos y de publicaciones de la época, el monumento en sí formado por una columna de 44 m, representando el renacer del pueblo armenio, doce estelas colocadas en círculo, cercando la llama eterna y un jardín en el cual, personalidades del mundo entero han sembrado árboles.

Un señor mayor nos escuchó hablar francés y amablemente nos llevó junto al pino plantado por Macron.

Hay otros lugares distintivos como la Mezquita azul o el Museo de Historia de Armenia, donde se expone el zapato femenino de cuero más antiguo del mundo (5500 a. de C.). Ereván está lleno de rincones encantadores por doquier.
Hicimos una de las visitas más populares de las afueras de la ciudad con un grupo de Couchsurfing. Davit, el organizador local, María, médico en Inglaterra, George, un egipcio bailarín, Alí, un iraní en modo post-conferencia, Ismael un joven nómada de Uzbekistán y una joven pareja, no recuerdo si polonesa o rusa.

Visitamos Garni, un hermoso y bien renovado templo greco-romano, luego fuimos de vuelta hasta el cañón cercano donde hay unas formaciones peculiares, especie de teclas talladas en la piedra, este lugar se llama Sinfonía de Piedras, nos tomamos un montón de fotos.

Davit negoció un taxi para ir a Ghegard, nuestro primer monasterio armenio, uno de los más concurridos por su cercanía con la capital. Descubrimos los hermosos khachkars, cruces esculpidas en piedras rectangulares decoradas con gran cantidad de detalles geométricos y alegóricos.

La iglesia se encuentra en una colina y está adosada a la montaña, tiene cuevas-capillas talladas directamente en las rocas. Es un lugar precioso, de devoción para los fieles, cargado de muchos símbolos de la Iglesia apostólica de Armenia. Armenia fue la primera nación en adoptar el cristianismo como religión (año 301).

Para cenar Davit nos llevó a un exquisito restaurante de especialidades locales y al día siguiente, junto a María y George visitamos Khorp Virap, otro espléndido monasterio, en el cual Gregorio, el evangelizador de Armenia, sobrevivió 13 años encerrado en una fosa.

El lugar es super instagramable, tiene de fondo el magnífico Monte Ararat (5800 m), donde Noé atracó. (Genesis 8:4), actualmente es territorio turco y la frontera es hostil.

Armenia esta marcada por el atroz genocidio (1915-1923), el dominio soviético (1922-1990), el conflicto territorial con Azerbaiyán y su difícil transición de una pequeña república soviética a una economía mercado.
Erevan nos cautivó, tiene un encanto singular en sus monumentales construcciones, en sus viñas colgando en tuberías oxidadas de viviendas particulares, en sus mercados llenos de deliciosos productos y en las terrazas de sus cafés, donde siempre nos encontramos con la afabilidad y gentileza de sus habitantes.
Dejamos Erevan ansiosos de descubrir más de Armenia. Nos fuimos en carrito por puesto con Ismail a Tatev, en el sur cerca de la frontera con Irán. Ismail fue un excelente compañero de viaje, nos ayudó muchísimo ya que al salir de la Capital, es muy conveniente hablar ruso.
Este cuento continuará en el proximo post.

Deja un comentario