Los Viajes de Sara y Michel

Más abajo les cuento sobre nuestra visita al norte de Chipre, inició con una corta reseña histórica, para explicar el contexto de nuestro viaje en noviembre de 2021.

Brevísima historia de Chipre

• VII siglos a.c., Homero cuenta que Afrodita, la diosa del amor y la belleza nació en Chipre. 
• En el siglo I. Pablo y  Bernabé enviados por el Espíritu Santo navegaron a Chipre y  llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos (Hechos 13:4-14 ). En ese entonces,  Chipre era romana  y luego sería parte del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino
• En la tercera cruzada (1190),  Ricardo Corazón de León conquistó Chipre y  la negoció inmediatamente con los franceses a cambio entre otras cosas del título de Rey de Jerusalem. Tres siglos más tarde, Chipre pasó al dominio  de la Serenísima República de Venecia producto de un contrato matrimonial. Chipre era un punto estratégico para reconquistar la Tierra Santa.
• En 1570 los otomanos invadieron Chipre y gobernaron hasta finales del siglo XIX.
• En 1869, después de la construcción del canal de Suez, los ingleses negociaron con el Sultán turco, la administración de Chipre a cambio del apoyo en la guerra contra los rusos.
• En 1960 Chipre celebró su independencia y fue reconocido como país en la Naciones Unidas. Sin embargo el co-gobierno greco-turco-chipriota fue imposible. 
• Los greco-chipriotas eran partidarios de la Enosis, un movimiento que pretendía anexar Chipre a Grecia, argumentando los orígenes helénicos de la isla, por supuesto que la minoría turco-chipriota estaba en desacuerdo y promovieron una anexión a Turquía, reivindicando los tres siglos de dominación otomana. 
• En 1964, la violencia y los enormes conflictos  llevaron  a la creación de la  famosa green line. La línea verde divide el país y su capital Nicosia en tres zonas, al norte la República Turca del Norte de Chipre, en el centro una delgada zona de amortiguamiento con presencia de las Fuerzas de la ONU para el mantenimiento de la Paz  y al sur la República de Chipre.
• En 1974, Turquía invadió violentamente Chipre bajo la operación Atila. Al día de hoy,aún no ha retirado sus tropas.

Nuestro viaje

Nuestra querida Elpida nos llevó a la estación de buses Karavella en Paphos. Nos despedimos agradecidos y tomamos un colectivo hasta Nicosia, el trayecto duró unas dos horas. Desde el terminal de bus caminamos hacia el puesto de control fronterizo Ledra street para entrar a Lefkosia, el lado turco de la ciudad. Estaba cerrado, nos toco rodar nuestras maletas 1 km hasta el Ledra Palace check point.

Pasamos la zona de amortiguación de la ONU, torres de vigilancia, viviendas abandonadas, algunos soldados y espacios de seguridad delimitados con alambres de púas dan paso al  Instituto Goethe, el Centro Fulbright y otras organizaciones de cooperación. Iba cansada y angustiada.

En la garita dos escolares de primaria sacan los pasaportes de sus mochilas, los pegan contra la ventana de las autoridades del norte y pasan corriendo, como si se tratase de un juego. Quedé impactada por la banalidad de la escena. No me imagino tener que enviar a los niños a la escuela con pasaporte en mano.

Al llegar nuestro turno,  mostramos nuestros pases sanitarios (Covid) y pasaportes. Los agentes revisaron nuestros documentos y nos dejaron pasar tranquilamente sin ningún tipo de sello o visa.

Entramos en la República Turca del Norte de Chipre. Inmediatamente el panorama es más oriental, los minaretes llaman a la oración, aparecen souks por doquier, venden productos tradicionales e imitaciones de ropas y zapatos de lujo. Pasamos dos semanas y media. Tiempo suficiente para visitar una gran cantidad de sitios, la mayoría cargadisimos de historia.

En Lefkosia (Nicosia), visitamos el Büyük Han, un magnífico caravasar construido por Mustafa Pacha, el primer gobernador otomano. Subimos hasta el majestuoso Castillo de San Hilarión, residencia de los reyes de Chipre, pertenecientes a la dinastía francesa. Visitamos todos los museos de abiertos de la ciudad.

En Girne, descubrimos el imponente Castillo de Kyrenia, habitado desde Ricardo Corazón de León hasta los ingleses en el siglo pasado. También   subimos hasta las preciosas ruinas de la Abadía de Bellapais.

Fuimos al antiguo sitio de Salamina, un lugar magnífico, por su belleza natural y su riqueza arqueológica, pero para un cristiano, pisar el lugar donde Pablo y Bernabé anunciaron las buenas nuevas en su primer viaje misionero es una experiencia mas que extraordinaria.

Famagusta fue la ciudad que más me impresionó. Nos alojamos en una austera residencia estudiantil intramuros. Llegamos para  contemplar la magnífica puesta de sol desde las murallas, la ciudad me pareció melancólica. Hay una buena cantidad de iglesias  góticas y ortodoxas abandonadas en ruinas pero con un encanto particular que testimonian de su glorioso pasado.

Tomamos café en frente de la Mezquita Lala Mustafa Pasha, edificada originalmente como la Catedral de San Nicolás, nos recordó mucho a la Iglesia Notre Dame de París.

El puerto de la ciudad abastece la isla con mercancías provenientes primordialmente de Turquía. En la playa, los modernos y lujosos restaurantes de moda contrastan con su desventurado barrio vecino, Varosha o Maras en turco. En los años 60, Varosha era un balneario mediterráneo frecuentado por la jet set mundial, era el destino to be. Fue abandonado desde el bombardeo turco de 1974.

Nos acercamos hasta Varosha, mostramos nuestros pasaportes  y nos dejaron pasar sin ningún problema. Para nuestra sorpresa, en la entrada había un kiosco para rentar bicicletas, no dudamos en alquilarlas para recorrer el pueblo fantasma.

La ruta está bien delimitada y vigilada. La presencia de guardias nos persuade de traspasar el itinerario sugerido.  Miramos con aflicción las estilosas casas abandonadas, los elegantes hoteles destrozados y los comercios literalmente quebrados. Michel filma y toma fotos. Yo voy detrás, pedaleando sin prisa.

Al llegar a la playa que frecuentaba Brigitte Bardot, quedamos perplejos, hay un bar nuevecito con tumbonas, parasoles, baños y duchas abiertos al público. Nos invitan a pasar gratuitamente a las instalaciones.

Fue alucinante. Estábamos en una playa paradisíaca de arena blanca y aguas turquesas en un entorno apocalíptico. Estupefactos, nos dimos un rápido chapuzón, no pudimos disfrutarla como lo hubiesen hecho Elizabeth Taylor y Richard Burton medio siglo atrás.  Fue muy extraño.

Al entregar las bicicletas, presenciamos la llegada de un bus lleno de turistas.  La apertura de Varosha viola una resolución del acuerdo entre el norte y el sur. La cual establece que las propiedades debían ser devueltas a sus dueños originales. No puedo evitar pensar en todos aquellos que fueron expropiados en Venezuela. Comparto la indignación que suscita la promoción de este sitio como un destino turístico oscuro.

Para finalizar el día de transgresión, nos fuimos al Bar De Molay en una antigua iglesia templaria. Jacques De Molay, último Señor de las Cruzadas, fue acusado de herejía, condenado en un juicio arbitrario y posteriormente quemado en una hoguera de París (1314).

Los anfitriones

Entre Nicosia y Famagusta conocimos a Arif mediante couchsurfing (CS). Un atento y simpático anfitrión quien nos recibió en su casa, nos sirvió de guía, nos paseó por todos lados y nos invitó a comer junto a su familia los mejores baklavas del mundo. Conversamos  y nos reímos mucho.

Participamos juntos en dos concurridos eventos de CS. El primero se interrumpió por lluvia y terminamos haciendo una parrilla en la casa de Salih, uno de los organizadores, biólogo y  profesor universitario, compartimos jocosa y solidariamente nuestras mejores anécdotas académicas.

Los viajes es uno de los temas de conversación favoritos de la comunidad CS, en esta ocasión el tema de la devaluación de la  lira turca apareció recurrentemente. Como conocemos bien la materia, compartimos su preocupación y les contamos sobre la delirante devaluación del bolívar (desde entonces la lira turca tampoco ha dejado de depreciarse).

En el segundo evento hicimos una super caminata hasta el Castillo de Buffavento. Para la foto de grupo, hubo un regalo sorpresa para Michel, una pancarta con la leyenda “Chipre, país número 100 visitado”. 

El regreso

Arif nos llevó de vuelta hasta el Ledra Palace checkpoint. Nos despedimos deseándonos muchos viajes hasta que nuestros caminos vuelvan a cruzarse.

Llegué al norte de Chipre escuchando un discurso odioso que ya conozco, tratando de comprender otro país polarizado.

Me fui con sentimientos encontrados:

Apenada por el abandono de su fantástico patrimonio arquitectónico. Perpleja por los lugares de donde sus habitantes se vieron obligados a partir y preocupada por su «Guerra Económica» (triste coincidencia).

Pero también, fascinada por la historia de los templarios, maravillada de la riqueza cultural, de la belleza de Kirenia y Famagusta y sobre todo agradecida de la generosa hospitalidad de sus gentes.

Me quedé con el sabor dulce y delicado de los baklavas.