Los Picos de Europa

El Parque Nacional Picos de Europa es el más visitado de España después del Teide en Tenerife. Esta cordillera tiene picos que llegan a más de 2500 m y se encuentra a vuelo de pájaro a menos de 30 km del mar. Allá estuvimos.

En la vía, desde Gijón, nos paramos en Llastres, un pueblito costero hermoso, tomamos un café con vista al mar, nos paseamos por sus calles empinadas de piedra y sus miradores

Seguimos hasta Ribadesella, conocida internacionalmente por el Descenso Internacional del Sella en piragua. Nos estacionamos y subimos  por el paseo de Grúa hasta el cerro donde se encuentra la Ermita de Guía. Allí nos deleitamos con unas vistas panorámicas espectaculares: el océano, la playa y sus elegantes mansiones indianas,  la desembocadura del río y el centro histórico. De bajada, en la vereda junto al río hay una serie de paneles en mosaicos que cuentan la historia de la ciudad en forma de caricaturas, desde la época de las cavernas hasta nuestros días. Nos tomó por sorpresa la belleza de la ciudad. Ribadesella merece más tiempo para conocerla.

Nos fuimos rápidamente. Habíamos reservado para almorzar en el restaurante de una amiga de mi cuñada Brigitte. La comida estuvo deliciosa. Pulpo a la gallega y calamares fritos. Tomamos fotos para demostrar nuestro pasaje y seguimos a la famosa playa de Gulpiyuri, declarada como monumento natural. Es una curiosa playa interior que se llena a marea alta. No tiene acceso al mar. La marea estaba baja y nos sentimos un poco decepcionados del sitio.

Continuamos nuestro camino hasta Apartamentos El Castañeu en Corao. Habíamos reservado directamente por teléfono desde Francia. Victor y Elena, nos reciben muy amablemente y nos dicen: “Hoy es el último día para subir a los Lagos, mañana es junio, comienza la temporada, así que tendréis que coger el bus”. Bueno ya hemos tenido un día repleto de emociones, así que seguimos conversando sin afán con nuestros anfitriones. Ellos nos presentaron, explicaron y recomendaron los mejores paseos para nosotros. Definitivamente Victor y Elena son de esas personas que hacen de su trabajo, una pasión.

El primero de junio se llevaba a cabo la prueba cicloturista Lagos de Covadonga, con lo cual muchas calles estaban cortadas. Así que decidimos hacer la caminata hasta la Cruz de Priena. Saliendo desde nuestro alojamiento ascendemos 770m  durante 7 km hasta la Cruz y  luego se desciende al Santuario de Nuestra Señora de Covadonga. Este día descubrimos las bellas vacas que pastan libremente por las praderas. Visitamos el Santuario, en una cueva muy bien vigilada por un cura que no deja tomar fotos, aprendimos un poco más sobre el papel de Don Pelayo en la Reconquista de España y le compramos galleticas a las monjas. Victor nos vino a buscar, ya que el camino de regreso es poco interesante si se hace por la carretera y la verdad es que al final del día estábamos molidos.

Cangas de Onís es una ciudad preciosa, muy bien conservada, fue capital del reino de España. El domingo es el día de mercado, provoca llevar de todo, quesos, morcillas, chorizos, frutas y hasta un impermeable. Había misa en la iglesia y nos asomamos para ver la hermosa alfombra de flores naturales que conduce hasta el altar. Hicimos algunas compras y nos acercamos hasta el Puente Romano, la carta postal Cangas de Onís. Reitero es un lugar sorprendentemente hermoso. En la tarde, intentamos observar las truchas, bordeando el río hasta la Olla de San Vicente. No vi ninguna. Michel tuvo más suerte.

El lunes temprano nos fuimos a Sotres, el pueblo más alto de Asturias, en la vía pasamos Poncebos, donde se toma el funicular a Bulnes. Luego la carretera se estrecha, las curvas se juntan y yo me voy agarrando duro del asiento. Llegamos y al bajar del carro la temperatura nos recuerda que estamos en el páramo. Disfrutamos de una tranquila caminata, embelesados con los magníficos paisajes de los Picos, nos topamos con muchas vacas y pocos caminantes. De regreso nos detuvimos para visitar la famosa Cueva del Queso en Cabrales, pero teníamos que esperar demasiado para la siguiente visita, así que nos conformamos con comprar su reputada crema de queso, una crema de queso azul con un sabor bastante fuerte (al menos para mi).

Dejamos para nuestro último día, la visita obligada, los famosos Lagos de Covadonga. Elena nos había recomendado comprar los pasajes con antelación. Lo hicimos aunque algo escépticos tratándose de un martes de apenas inicio de temporada. Efectivamente nuestra unidad salió full de la estación. Al pasar el santuario de Nuestra Sra. de Covadonga, una barrera y un panel indican sólo vehículos autorizados, a nuestra derecha hay unos turistas (placa extranjera) estacionados estudiando su mapa. La barrera se levanta, la angosta carretera se hace más sinuosa, en algunas curvas pareciese que el bus va en el abismo. Al llegar, los guardaparques nos explican los posibles recorridos y sitios de interés (Centro de visitantes, cafetería, baños, museo de la mina y más). Todo está muy bien organizado. Los senderos están señalizados y los recorridos son bastante sencillos. Disfrutamos de un día fantástico y de un sitio natural grandioso. De regreso nos sentamos al fondo del bus.

Cada día en el Parque Nacional Picos de Europa fue diferente y especial. Nos hubiese gustado hacer más paseos como la ruta del Cares, visitar el Pico Urriellu o Bulnes. Decididamente Asturias merece más tiempo.

Nos despedimos de nuestros super anfitriones, manifestándoles nuestro deseo de regresar, quizás con nuestros nietos.

Nos vamos a Villaviciosa.

Hasta pronto.

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